Una patente NO es una autorización de comercialización. Las leyes de patentes son independientes de otras legislaciones, y el cumplimiento de la normativa para la producción y venta de cada producto es competencia de otros organismos que nada tienen que ver con una oficina de patentes.
Por ejemplo, en el caso de los productos dirigidos a la salud humana o animal, serán las Agencias del Medicamento o de Seguridad Alimentaria las responsables de asegurar que el producto cumpla los requisitos de seguridad, y en algunos casos también eficacia, previamente a su puesta en el mercado.
Además, el hecho de tener nuestra invención patentada, NO nos garantiza su explotación, ya que independientemente de la patentabilidad de nuestra invención, debemos contar con los medios necesarios para su desarrollo, producción y venta. Es tristemente frecuente que centros públicos de investigación o pequeñas empresas pese a tener un producto patentado, NO dispongan de la financiación suficiente para su desarrollo y puesta en mercado, y por lo tanto, NO puedan ejercer su derecho de explotación exclusiva.
Tener nuestra invención patentada NO nos garantiza un monopolio, pues en la mayoría de los casos existen otras soluciones que NO infringen nuestra patente y con las que tendremos que competir utilizando estrategias de marketing y ventas. NO siempre la solución más efectiva es la que inunda el mercado.
Por supuesto, NO debemos olvidar el concepto de «libertad de operaciones» (en inglés, Freedom to operate, FTO), es decir: el hecho de tener nuestra patente concedida NO implica que NO estemos infringiendo otras patentes solicitadas anteriormente.
¿Un ejemplo?
Presentamos una patente A que protege una silla con masajeador y un accesorio abatible para pies incorporado. Aunque nuestra patente A cumpla los requisitos de novedad y actividad inventiva, si existe una patente B presentada anteriormente que describa una silla con masajeador (sin accesorio abatible para pies), nuestra patente A DEPENDERÁ de esta patente B, y tendremos que llegar a un acuerdo con su propietario para poder comercializar nuestra silla masajeadora.
Por otra parte, la presentación de una patente NO nos otorga un derecho inmediato para evitar que terceros comercialicen nuestra invención. Desde el momento en que presentamos una solicitud hasta su concesión, la patente es sometida a varios exámenes, contestaremos acciones oficiales, e incluso tendremos entrevistas con los examinadores de las diferentes oficinas de patentes para convencerles que nuestra patente realmente merece ser concedida.
Pero aunque tengamos en nuestras manos el título de concesión, esto NO significa que podamos impedir la infracción. Si nos enteramos que alguien está infringiendo nuestra patente, debemos comenzar acciones legales para demostrar esta infracción, algo que sólo empresas con suficiente capacidad económica pueden permitirse.
En el caso de pequeñas empresas u organismos públicos, es más práctico intentar alcanzar un acuerdo de licencia con el infractor y permitirle explotar nuestra invención a cambio de un porcentaje de las ventas.
E incluso si tenemos los medios para llevar a nuestro infractor ante un tribunal y acudimos con nuestra patente concedida tras un largo proceso de acciones oficiales, NO tenemos la seguridad de que el fallo nos sea favorable.
Así es, independientemente de lo fuerte que parezca nuestra patente, puede ser desestimada en cualquier momento, y NO sólo si somos nosotros quienes acudimos al tribunal para denunciar una infracción, un tercero puede también llevarnos a un litigio y conseguir invalidar nuestra protección.
Y finalmente, una patente NO conlleva un derecho universal. Pese a la existencia de tratados internacionales y regionales, la realidad es que cada país tiene su propia legislación en materia de patentes, por lo que debemos lidiar con cada una de las oficinas de manera independiente para conseguir la concesión.
Y dentro de la soberanía de cada territorio se encuentra el permitir o NO que se patenten determinadas invenciones, o incluso todavía hay países en los que NO se respetan los derechos de propiedad industrial, por lo que a efectos prácticos tener una patente concedida allí es papel mojado.
Y entonces, ¿para qué sirve una patente? Eso lo dejamos para otro post…
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Dear Brooklyn,
Firstly, thank you for considering my blog an established blog!! jajaj…
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Just start writing, you will always be able to improve it in the future .
I want to translate some entries into English soon.
See you back in my blog 😉
Good luck!
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Thanks Elizabeth!
Kind regards,
Eva
Hola Eva,
Para un novato en el tema de patentes encuentro más que interesante tu entrada.
Además de felicitarte por tu blog, quería que me dieras tu consejo sobre cómo recorrer el camino de las patentes y la IP que ahora debo hacer de repente.
Agradezco tus consejos.
Hola Diego,
Muchas gracias por tu comentario! 😀
Mi experiencia con las patentes también comenzó de repente y un poco por casualidad, y sobre todo he aprendido mucho de los agentes de la propiedad con los que he tenido la suerte de colaborar, haciendoles muchas preguntas, siendo muy curiosa (y seguro que ellos te dirían que algo pesada..jeje) e intentando entender siempre por qué las cosas se hacen de una determinada manera.
También he sido muy autodidacta, buscando mucha información para crear mi propio punto de vista sobre algunas cosas. Aprovéchate de internet! Fuente inagotable de sabiduría! la mayoria de veces gratuita; y si tienes oportunidad acude a todo tipo de seminarios y cursos, que muchos también son gratuitos!
Si estás en Madrid o Barcelona, te recomiendo asistir a los lunes de patentes, jornadas gratuitas de actualización en materia de patentes que no tienen desperdicio! http://www.ub.edu/centredepatents/es/cursos/dilluns.html
Mucha suerte! y espero volver a verte y leerte por mi blog!
Un abrazo,
Eva
Hola Eva,
buscando información llegué a las interesantes entradas de tu blog.
Tenía una pregunta a ver si pudieses orientarme, con respecto a la valorización de una patente.
Entiendo que depende de varios factores, pero en líneas generales, cuanto cuesta un proceso de valorización de una patente, cuál podría ser una horquilla lógica? de que dependería el coste?
Entiendo que existen distintos métodos de valoración disponibles, que se adecuarán de forma más adecuada o no, a la patente en cuestión. Pero me refiero al proceso de valorización, a los servicios del profesional que lo realizará.
Si puedes orientarme, mil gracias de antemano.
Un saludo
Hola Ernesto,
Muchas gracias por tu mensaje.
Como comenté en mi entrada «De valorar un proyecto a valorizarlo» (http://blog.kinrel.es/de-valorar-un-proyecto-a-valorizarlo/) desde mi punto de vista, el proceso de valorizar conlleva una gran complejidad, y es más un proceso que realiza un equipo gestor en el día a día del desarrollo de un proyecto que un trabajo puntual.
No obstante, se pueden realizar estudios puntuales de valorización de la tecnología, que pueden consistir en una valoración cualitativa / cuantitativa de los intangibles de una empresa / proyecto, y/o contener una búsqueda de posibles licenciantes u opciones de comercialización de la tecnología. Como te imaginarás, es difícil darte un rango general, pues siempre se trata de un trabajo ad-hoc para cada proyecto en concreto.
En cualquier caso, te enviaré en un mensaje personal mis datos de contacto por si quieres darme más detalles sobre el proyecto y así poder realizar una estimación aproximada.
Un cordial saludo, y espero verte pronto de vuelta por mi blog! 😉
Eva